MEXICO, D.F., julio 9 (EL UNIVERSAL).- México enfrentará la eliminatoria mundialista más difícil de su historia, con un técnico poco acostumbrado al entorno hostil de países como El Salvador, Honduras y Jamaica, además del poco tiempo y nada de amistosos que tendrá el Tricolor para trabajar con Sven-Göran Eriksson.
El resentimiento deportivo que existe en algunas naciones centroamericanas hacia la selección mexicana ha crecido a la par del nivel futbolístico con el que hoy se preparan para derrotar a México y evitar que asista a Sudáfrica 2010.
Recibimientos hostiles en los aeropuertos, música en los hoteles de concentración para evitar que los jugadores descansen, mensajes en los medios de comunicación locales en contra del cuadro tricolor. Todas, estrategias fuera de la cancha que se han convertido en un reto más para los futbolistas nacionales.
“Todo eso es parte de la eliminatoria y algo que se utilizan en los países centroamericanos, en donde la gente está muy metida con tal da ayudar a su selección. Eso siempre ha sido igual y la mayoría de las veces hemos salido adelante, no veo porque ahora tendría que ser diferente”, comentó Marcelino Bernal, quien vivió estas situaciones en el proceso rumbo a la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994.
En aquella ocasión, México enfrentó en un cuadrangular final a El Salvador, Honduras y Canadá. Las visitas a los salvadoreños y catrachos fueron las más complicadas. Entre los recuerdos desagradables y no por lo sucedido en la cancha se encuentra el duelo celebrado en el Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino de Tegucigalpa. La afición hondureña llenó el inmueble a pesar de que su equipo ya no tenía posibilidades de clasificar. Lo que buscaban, era dejar fuera al odiado rival.
Pero no lo lograron y en el coraje de perder 4-1, emprendieron una furiosa reacción en contra de ambos planteles. Se vivieron instantes de terror dentro y fuera del inmueble. Los fanáticos atacaron los portones de acceso y estuvieron a punto de vencer uno de ellos, en el tumulto fallecieron una niña y una mujer. El ejército intervino, dispersó a los rijosos con gases lacrimógenos. Los jugadores tuvieron que dejar los vestidores y regresar al campo debido al gas. Un par de horas después, lograron salir a sus hoteles.
México visitará a los hondureños para cerrar el cuadrangular que da paso al hexagonal final. “Jugar en Honduras será muy duro. Por ahí la gente no te deja dormir, hacen mucho ruido, las canchas no están en las mejores condiciones”, añadió Joaquín del Olmo, quien junto a Miguel Herrera compartió este tipo de momentos. “El trato de la gente en Centroamérica suele ser lo más complicado y se tiene que demostrar con mucha mentalidad (dentro de la cancha) que somos mejores que ellos”, contó el Piojo. Sedes como Jamaica, Guatemala y Costa Rica suelen jugar papeles similares, mientras que en Estados Unidos el peligro es meramente futbolístico. Con poco más de un mes para preparar la eliminatoria, el Tri de Eriksson se medirá a un ambiente pesado, dentro y fuera de México. Un entorno sin cabida para tropiezos y con demasiadas cosas en contra. Así es la Concacaf
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