Honduras llegará al Estadio Azteca con la historia en contra, pero con antecedentes cercanos muy a favor en sus intenciones de escribir una nueva página en sus hazañas deportivas.
Ahora con una gama de legionarios que podría marcar la diferencia, el equipo catracho quiere cambiar el historial centroamericano en el Coloso de Santa Úrsula.
De hecho, en anteriores procesos, cuando se hablaba en Centroamérica de visitar a México en el Azteca, eran tres puntos menos en las cuentas de los entrenadores.
Pero primero Costa Rica se metió en 2001 para ganar 2-1 y propiciar un "Aztecazo". Luego en 2003, Honduras se llevaba un 0-0 que no era para celebrar, pero que dejó satisfechos a la mayoría de jugadores catrachos. Eso cambió la mentalidad y la osadía ya no es ajena a la realidad hondureña.
En Honduras tienen claro que ésta es su mejor selección en la historia. Pero igual ese fue el mismo verso con la generación que buscaba llegar a Corea/Japón, y de igual manera fue la generación que buscaba ir a EU-94.
El mismo Gilberto Jerónimo Yearwood hablaba de eso. "La selección que merecía ir al Mundial fue la del 94 y luego de ese grupo, esta es la mejor generación que ha existido", explicó el "Vikingo de Ébano" hace un tiempo.
Lo malo es que a Honduras siempre le ha pesado el favoritismo. Cuando se hablaba de la calificación casi asegurada de los hondureños para el Mundial 2002, aparecieron dos hechos que replantearon una frase del extinto entrenador brasileño Flavio Ortega. "Al jugador de Honduras le gusta ser mártir".
Al hexagonal final le restaban dos juegos para finalizar. Honduras recibía a una eliminada Trinidad y Tobago y luego visitaba a México, en un juego en el que con una igualada podía volver al Mundial luego de 20 años.
Dos días antes de que se jugara ante los trinitarios, el preparador físico del equipo se agarró a golpes con un reportero cuando éste intentaba entrevistar a un jugador y una noche antes del juego, se encendieron los ánimos hasta la madrugada en la discusión por los premios que recibirían los jugadores por ir al Mundial. El resultado fue un catastrófico 1-0 en contra, que los dejó con la obligación de ir por un triunfo al Azteca, algo que nunca llegó.
Antes de ese capítulo negro, ya los centroamericanos habían protagonizado juegos espectaculares ante la misma Trinidad y Tobago de visita (4-2), ante Estados Unidos (4-3) e incluso frente a México de locales (3-1).
Pese a que Honduras no necesariamente trabaja sus ligas menores, ha producido una cantidad enorme de jugadores importantes.
Quizás el punto más importante para Honduras en este caso, es que siempre juega mejor de visita que de local.
En el último camino eliminatorio a Alemania 2006, los catrachos abrieron el camino mundialista con un tremendo 5-2 sobre Costa Rica de visita, que hizo presagiar que el cuadro hondureño llegaría de paseo a la próxima ronda.
Sin embargo, no volvió a ganar más. Empató cuatro juegos y perdió otro, claudicando, con otra generación de ensueño su camino al Mundial europeo.
Y quizás el aspecto más dañino para Honduras, no es su plantel, sino sus mismos aficionados y su misma prensa deportiva.
Cuando la selección hondureña competía por una plaza en el Mundial de Estados Unidos, le tocó eliminarse con Guatemala en la primera ronda.
En el inicio de la transmisión, el reportero de cancha decía sin tapujos, que en la portería rival se habían colocado seguros extras a la malla, para que no rompieran con todos los goles, que sin duda, anotaría su selección.
Aunque lograron esquivar la serie con un 2-0 global, en la siguiente ronda se toparon con que habían pensado en México como el rival a vencer, pero que nunca se dieron cuenta que Canadá (ganador del segundo puesto) fue un equipo al que rara vez han podido vencer.
En contraparte, a Honduras le beneficia en esta oportunidad que llegan dirigidos por un entrenador sereno, capaz y que ha conseguido aplacar todos esos factores externos que solamente podrían afectar a su selección.
El colombiano Reynaldo Rueda le ha puesto paños fríos al asunto y sería un punto importante a favor de la selección hondureña que sueña con poner un "Aztecazo" en su historia moderna.
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