Durante los primeros meses de la era del mexicano Carlos De los Cobos al frente de la selección salvadoreña, uno de sus principales problemas era saber si la Azul debía jugar con línea de tres o de cuatro defensas. Cada una, con sus ventajas y desventajas, fue probada por el azteca hasta que se convenció de que los cuscatlecos se acoplaban mucho mejor a utilizar únicamente tres zagueros en la última línea.
Empero, la opción de agregar uno más en el fondo no quedó en el olvido. Cuando De los Cobos lo consideró necesario —como ante Nicaragua en el segundo partido de la Copa de Naciones del año pasado, cuando se redibujó el esquema a medio partido, pasando de tres a cuatro en el fondo—, regresó al principio, aunque fuera solo momentáneamente.
El estratega es sabio. Y sabe que tener cuatro jugadores en el fondo no implica solamente un par de piernas más en la defensa, sino también atascar el juego del rival en el medio campo, gracias a una de las tareas mejor aprendidas del combinado nacional: el respeto al orden táctico.
Por eso fue que cuando se jugó el primer partido eliminatorio en la ronda anterior, ante Panamá, en suelo canalero, De los Cobos optó por usar cuatro zagueros, parados detrás de una línea de cinco mediocampistas y atacando con un solo delantero, Rudis Corrales, con la idea de aprovechar un contragolpe y estar bien reforzados detrás para no ser sorprendidos.
Luis Anaya, Marvin González, Manuel Salazar y Alfredo Pacheco conformaron esa defensa, que solo se despistó una vez y que bastó para que Panamá ganara el juego 1-0. Una semana después, El Salvador cambió casete: línea de tres y con Anaya, González y Alex Escobar parados en el fondo, más el dinamismo de los cinco volantes, y aunque se inició perdiendo, luego se remontó y se consiguió el triunfo que tiene a la selección en la presente fase.
¿Otra vez de cuatro?
La selección ha disputado tres partidos amistosos desde esa clasificación con Panamá. En cada una de ellos, aunque no evidentemente, pero sí de forma latente, parece que nuevamente El Salvador se está preparando para jugar con una línea de cuatro, en pos de cerrarse y complicar el juego de los ticos.
Ante Guatemala, Anaya, Marvin, Manuel y Alfredo repitieron la defensa que jugó en suelo panameño, y el resultado fue un cero en la portería. Luego, con Jamaica, repitieron los mismos, incluso los cuatro volantes también. La única variante fue adelante, donde Rodolfo Zelaya jugó junto a Corrales.
Y en el último partido ante Trinidad y Tobago, el jueves, se confirmó la teoría. Nuevamente la Azul optó por una línea de cuatro al final, que si bien lució atenta en la primera mitad, se desarmó luego cuando Alfredo Pacheco se fue expulsado, ya que se rompió el orden y llegaron los cambios. Los que entraron demostraron que también necesitan tiempo para acoplarse mejor a la idea de cuatro en el fondo, no digamos si en algún momento forman parte de la de tres.
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